Un ayuda de cámara que se convierte en médico a su pesar, diagnósticos de cajón de sastre, pacientes que no lo son realmente, amores confusos... La farsa de Molière era demasiado buena para que la compañía de Montpellier Les Têtes de Bois no se atreviera con ella. Sometiéndola a su arte, a la Commedia dell'arte, al teatro de máscaras y al teatro de marionetas, la convierten en lo que Molière quería: un monumento a la diversión y a la comedia.
En un decorado de cajones y palés de madera, los...