La magia que funciona en Lento e violento deja un aire de misterio suspendido sobre esta invitación a codearse con lo fantástico. Ambientado en la extraña atmósfera de una habitación con un piano, el espectáculo se construye como un rompecabezas, un enigma de múltiples capas que juega con las realidades que interfieren y la repetición.
Pequeños choques de lenguaje, caídas y reinicios se suceden, contribuyendo a desarrollar la sensación de formar parte de una experiencia sobrenatural.