Todos los domingosvenga a ver antigüedades
¿Cómo que no hay nada que hacer los domingos…? No conoce usted la plaza real de Peyrou…
Un paseo, un mirador y un depósito de agua… a este lugar no le falta detalle. Es tan hermoso que le despierta a uno las ganas de madrugar en domingo. Y más que mirarlo, merece la pena divertirse intentando encontrar algún tesoro oculto, como una lámpara o un servicio de café, en su famoso rastro dominical.
Todos los domingos, los comerciantes se dan cita con el público, los buscadores de gangas comparan las buenas compras que han hecho, y los que no han encontrado nada se reúnen en el bar. Nunca se va uno del rastro dominical del Peyrou con las manos de vacío.