Una playa paraLOS AMANTES DE LA NATURALEZA
Debido a que es un espacio virgen y protegido, la experiencia en Villeneuve-lès-Maguelone comienza a pie en el aparcamiento de Pilou, donde todos los visitantes deberán dejar sus vehículos. Con la mochila a la espalda y un niño en cada mano, la aventura, por fin, puede comenzar…
Al salir del aparcamiento, es imposible equivocarse: ¡todo a la izquierda! A unos pocos metros, encontramos el pontón que tenemos que cruzar para llegar a lo que se denomina románticamente «la península de Maguelone». La sensación de estar en un lugar lejano nos invade. Los pájaros vuelan alrededor de nosotros, un paisaje impregnado de emoción, una luminosidad intensificada por la arena bajo nuestros pies, la naturaleza hasta el horizonte, la piedra de color ocre de la puerta de Maguelone que debemos franquear como una invitación al viaje… Ya no sé dónde estoy… Mis pensamientos vagan y me llevan lejos, muy lejos. Por su parte, los niños no saben dónde mirar: flamencos rosas, gaviotas, garcetas, avocetas… ¡mis pequeños ecologistas en ciernes están en el cielo!