Historia
Todo comenzó en 985, cuando se fundó Montpellier.
Antiguamente, un puente levadizo permitía la entrada al Écusson por la Porte du Peyrou.
Hoy en día, la Tour des Pins, la Tour de la Babote y la Porte de la Blanquière siguen siendo los únicos testimonios de las fortificaciones que protegían la ciudad a partir del siglo XII.