Desde su intensa vida cultural a sus numerosos bares y cafés, Montpellier es una ciudad que se mueve, que vibra.
Compartir un momento al final de la mañana o de la tarde, en torno a chocolates calientes, tés, zumos de fruta fresca… O degustar los mejores vinos del Languedoc con un plato de tapas en un ambiente de moda… Y disfrute de una auténtica velada en Montpellier.